La aplicación de la cavitación en la gestión de residuos ha sido ampliamente estudiada en otros sectores; Sin embargo, en la industria láctea el desarrollo es relativamente reciente, pero está ganando gran atención.
El uso de cavitación reduce drásticamente el tiempo de reacción de 24 horas a 40 minutos en comparación con la agitación convencional, lo que resulta en una mayor eficiencia en el tratamiento de aguas residuales lácteas para la eliminación de grasa catalizada por enzimas.
Se sometieron muestras de suero y agua de lavado de lácteos a ciclos y los resultados fueron excelentes: se extrajeron nutrientes valiosos que pueden usarse para suplementos farmacéuticos o dietéticos.
Además, el tratamiento redujo significativamente la carga orgánica y bioquímica de los líquidos tratados, al tiempo que mejoró su conductividad.
De hecho, cuando las burbujas de cavitación implosionan en la superficie de sólidos (como partículas, células vegetales, tejidos, etc.), los microchorros y la colisión entre partículas generan efectos como descamación de la superficie, erosión, desintegración de partículas, perforación de paredes celulares y membranas celulares. .
Además, la implosión de las burbujas de cavitación en medios líquidos crea macroturbulencias y micromezclas.
Modulando la intensidad de este fenómeno permite pasteurizar un fluido o tratar líquidos residuales, liberando así moléculas bioactivas fácilmente separables.