A diferencia de lo que ocurre en otros sistemas utilizados para la eliminación de residuos, ya que la disociación de los productos sometidos a tratamiento se produce en ausencia de oxígeno, la aplicación de la tecnología del plasma no implica la emisión de sustancias volátiles como gases de combustión o sustancias nocivas como como furanos y dioxinas.
Con este proceso es posible tratar -mixtos o singularmente- todos los residuos sólidos y líquidos de naturaleza tóxico-nociva. No es necesaria una selección preventiva de los residuos pero sí se debe realizar previamente un Estudio de Viabilidad del sistema a adoptar para transportar herméticamente los productos a tratar hasta el soplete.
Un sistema que utiliza esta tecnología de plasma está compuesto por un reactor que incluye un soplete de plasma, los equipos necesarios para su funcionamiento y el sistema de limpieza del gas combustible producido. Este gas se utilizará para la producción combinada de electricidad y energía térmica en plantas de cogeneración, o para producir productos químicos, incluido metanol.
El sistema está constituido esencialmente por un reactor al que está conectada la antorcha de plasma. En la parte superior del reactor se produce principalmente la transformación térmica del componente orgánico de los residuos generando un gas combustible: el gas de síntesis. En la parte inferior del reactor se produce tanto una transformación térmica como una transformación cinética debido a las partículas de plasma con energía superior a la térmica. El componente orgánico no disociado cae junto con el componente inorgánico por gravedad en la zona del plasma.
Aquí la parte orgánica se disocia completamente generando otro gas de síntesis, mientras que la parte inorgánica se mezcla en un baño fundido posiblemente enriquecido con un fluidificante para mejorar su colabilidad.
La escoria fundida se extrae del fondo del reactor mientras que los gases producidos salen por la parte superior del reactor: la formación de dioxinas y furanos y otros compuestos tóxicos resultantes de la disociación y recombinación molecular queda prácticamente anulada y, en cualquier caso, si si estuvieran presentes, caen en términos generales dentro de los límites de la ley.
Los metales pesados del reactor y los de las secciones de tala del gas de síntesis se inertizan formando un material vitrificado. Incluso la fracción no quemada de los residuos, después de su retirada del reactor en forma fundida (escoria), se enfría solidificándose hasta convertirse en un material que puede utilizarse para fines útiles sin riesgos medioambientales (lastre de carreteras y/o vías de ferrocarril, objetos, alimentación de costas arenosas, etc.).
En general, la reacción térmica extremadamente rápida y el tratamiento a temperaturas extremadamente altas permiten la destrucción total de compuestos orgánicos tóxicos y la vitrificación y encapsulación de compuestos inorgánicos.