Las aguas residuales zootécnicas son los productos de desecho de una granja o, mejor aún, son el resultado de una mezcla de diversos materiales: excrementos zootécnicos (heces, orina), agua de lavado, basura, pelos, restos de comida.
El estiércol, y más aún los residuos zootécnicos, tiene por tanto una composición extremadamente variable, no sólo en función de la especie animal que lo origina (bovino, porcino, avícola), sino también en función de los métodos de cría y gestión de los residuos en su conjunto.
Desde un punto de vista físico/de gestión, el estiércol zootécnico se puede encontrar tanto en forma paleable (estiércol) como bombeable (aguas residuales), dependiendo del contenido de materia seca. Entre las aguas residuales ganaderas, las aguas residuales tienen una composición química/física que, en promedio, es más adecuada para los procesos de digestión anaeróbica más extendidos.
El uso de cultivos específicos en la codigestión se ha extendido en los últimos años. Inicialmente disponibles en casos de sobreproducción, provenientes de tierras marginales, parcialmente cultivadas o de tierras retiradas de la producción, con la evolución de la cadena de suministro -gracias sobre todo a los incentivos (certificados verdes y otros)- se utilizan cada vez más de manera ventajosa tanto en sistemas grandes que en pequeños.
En el primer caso, en una lógica más orientada al aumento de los ingresos, se utilizan, en particular, en procesos de digestión anaeróbica de residuos; en el segundo caso, sin embargo, sirven para mejorar la eficiencia global del proceso (estandarización de la mezcla entrante) y para lograr economías de escala más apropiadas.
Hay muchos subproductos que pueden usarse convenientemente en la codigestión en un proceso de digestión anaeróbica. Existen experiencias consolidadas de plantas para la producción de biogás a partir de la fracción orgánica de residuos insertados en los sitios de tratamiento de residuos.
En cuanto al sector agrícola, sin embargo, el interés se orienta más específicamente hacia aquellas plantas que utilizan, por diferentes motivos, subproductos y/o residuos del sector agroindustrial que pueden insertarse, más apropiadamente, dentro del suministro de agroenergía. cadenas. La definición de “subproducto” tiene una importancia considerable debido a las repercusiones que puede tener en el marco general de la actividad de producción de energía y los “residuos de producción” relacionados.
Para que sea posible clasificarlos como “subproducto” y no como “residuos”, los desechos o residuos enviados a otro ciclo de producción (por ejemplo, producción de “biogás” o “metano”) deben cumplir los siguientes parámetros:
- debe ser generado por un proceso productivo, aunque no sea su objeto principal;
- su utilización en otro proceso productivo debe ser cierta, desde la fase de producción, e integral. Se debe identificar y definir previamente el proceso en el que se reutilizan los residuos;
- el subproducto deberá tener características de calidad de producto y ambiental tales que garanticen que su uso no genere un impacto ambiental cualitativo y cuantitativo diferente al admitido y autorizado en la planta de destino;
- el subproducto debe poseer las características de compatibilidad medioambiental antes mencionadas desde el momento de su producción; no se permiten tratamientos o transformaciones previos a su reutilización para este fin;
- el subproducto debe tener un valor económico de mercado.